Falta de amor

De tus amigos en España ya ni hablabas. Ni compartiamos los gustos en la cena, tú elegías ensalada mientras yo prefería docenas de besos, al por mayor. Empezaste a usar la plancha y no necesitaste más de mi ayuda para acomodar tus camisas, y las marcas que en ella traías, sólo las quitaste. Las tostadas que solía hacerte para tu desayuno quedaron en la mesa. Por las noches, en vez de hacerme el amor, comenzaste a estar hastas altas horas de la madrugada mirando televisión. Y nuestra cama se enfrío. Pero mucho no importó. ¡Te extrañaba tanto! Quise dejar un momento para volver a querernos, pero el tiempo por arriba nos pasó. Y así se terminó. Cuando te pedia la toalla para atraerte a nuestro baño, me la dejabas sobre e picaporte de la puerta y te marchabas, con tu celular en la mano y un nuevo mensaje de texto. Y yo sola, con mis uñas sin pintar, y el delineador corrido de tanto llorar. A la habitación ya le faltaba tu aroma y Jazmín entendía mucho mejor que yo, permanecía en mis pies mirando conmigo las fotos que juntos nos sacabamos, y escuchando cada tema que me habías dedicado. Pero se cansó, bajo de la cama, y comió como cualquier otro día, pero esta vez alimento balanceado, es que ya no le cocinabamos a nuestra perra como lo hacíamos antes. Te ibas y volvías cuando te daban las ganas de hacerlo, y no compraste nunca más en la esquina de tu antigua casa las flores que adornaban nuestra mesa. Me dijiste que ya no había lugar para jarrones, que los papeles del divorcio ocupaban todo el espacio ... No quise preguntarte si era por otra mujer, pero supuse que sí. Y el dolor me atrapó, las pastillas me ayudaron a dormir y el teléfono no sonó nunca más para que del otro lado esté tu voz.